se presenta en dos versiones, la primera con un conductor de calor
metálico pegado al cristal y conectado por terminales al sistema eléctrico del
automóvil el cual calienta el cristal, desempañándolo y logrando visibilidad.
La segunda, por medio de un revestimiento electro-conductor transparente
colocado en el cristal que da calor y funciona sobre toda la superficie.